Carnes rojas y procesadas: la clave está en la cantidad
El reciente informe de la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que evalúa el consumo de carne roja y procesada y su relación con la enfermedad del cáncer, no ha dejado indiferente a nadie.
Ante esta situación y el alarmismo creado por ciertos titulares sensacionalistas, hay que mantener la calma e informarse adecuadamente. Y a ello queremos contribuir con este post.
Diferencia entre carne procesada y carne roja
Aunque la legislación europea no recoge la definición de ninguna de estas carnes, la IARC aclara que la carne roja es toda aquella carne muscular de los mamíferos, incluyendo carne de res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra. En cambio, la carne procesada es la que ha sido transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, y otros procesos, para mejorar su sabor o conservación.
Consumo moderado
Según la OMS, se aconseja mantener las actuales recomendaciones de salud pública: consumo moderado de carnes rojas y procesadas, de no más de dos veces por semana. El consumo continuado y excesivo sí se puede asociar a problemas de salud.
Por su parte, la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) recuerda que los beneficios de una dieta variada, moderada y equilibrada, como la mediterránea, están evidenciados científicamente. Y esta dieta es rica en frutas, verduras, aceite de oliva, legumbres y pescado, y contempla un consumo limitado de carnes.
Pirámide alimenticia
Es decir, no hay nada nuevo sobre la mesa. Nada que no supiéramos ya. Las recomendaciones alimenticias en nuestro país se basan en la conocida pirámide, recientemente actualizada, que nos muestra qué debemos comer, con qué frecuencia, y otros hábitos de vida saludables.
Riesgo pequeño con una buena dieta
Los distintos tipos de cáncer pueden producirse por varias razones: genéticas, medioambientales, según los hábitos de vida y otros. Christopher P. Wild, director de la IARC, afirma que el riesgo individual de desarrollar cáncer por el consumo de carne procesada sigue siendo pequeño, pero la repetida exposición en frecuencia y cantidad incrementa las posibilidades. Por tanto, según Wild, estas nuevas informaciones “apoyan aún más las actuales recomendaciones de salud pública acerca de limitar el consumo de carne”, aunque al mismo tiempo mantiene que “la carne roja tiene un valor nutricional”.
Por tanto, dejar de comer salchichas, filetes o panceta de manera repentina para no tener cáncer, no es la opción. La opción es hoy, y ha sido siempre, comer estos alimentos ocasionalmente.
Así pues, podemos fiarnos de la OMS, pero no de los titulares de algunos medios que, con una escasa preparación en metodología científica, han interpretado de forma errónea los datos del comunicado, sacando conclusiones alarmistas e incluso falsas.
Más información:
Preguntas y respuestas de la OMS