Una sana Navidad con un menú ligero
Cuando pensamos en las Navidades lo primero que nos suele venir a la cabeza son las interminables mesas llenas de comida de las reuniones familiares y, junto a esos platos, los kilos que acabamos cogiendo de más. No podemos rehuir las sobremesas con la familia y amigos, compañeros de trabajo y estudios,… pero hay maneras de evitar que todo lo que comamos se quede con nosotros hasta la primavera.
No podremos controlar los menús que otros harán fuera de nuestro terreno, pero eso no significa que cada uno pueda tomar sus propias medidas para conservar la línea. Ir dando un paseo a casa de nuestros anfitriones en vez de ir en coche, o coger el transporte público y bajar una parada antes del destino y de vuelta a casa, puede ser una forma de sentirnos más ligeros. Cuando el turno de la comida festiva es en nuestra casa tenemos más posibilidades de hacer que la Navidad sea tan sana como nosotros queramos, entre otras cosas porque además podemos controlar qué ingredientes se usarán para cocinar. Como decía Noel Clarasó: “Siempre hay algo que hacer; pero si no lo haces tú, ¡no lo hará nadie!”. Así pues, pongámonos manos a la obra con fáciles soluciones.
Si nosotros somos los anfitriones, podemos preparar un menú que sea lo más navideño posible y cambiar ingredientes grasos por otros más sanos o hacer variaciones para que los platos luzcan igual de navideños. Siempre será bien recibido un toque innovador y moderno dentro de la tradición.
En los entrantes conviene no llenar la mesa de comida, pues queda mucha sobremesa por delante y nuestra intención debe ser que todos los invitados lleguen a probarlo todo. Así que, si entre los entrantes servimos unos platitos de espárragos, un surtido de crudités, una ensalada con queso fresco y uvas y, para rematar, preparamos una divertida Delicatessen en forma de árbol navideño hecho con tortilla de espinacas, que es una verdura de temporada fácil de encontrar, conseguiremos que no queden llenos antes del primer plato. El menú no resultará ser muy pesado y hasta los niños se lo pasarán genial comiendo verduras.
A continuación, como primer plato podemos servir una crema de marisco, un ingrediente típico de esta época y que lucirá espectacular, si la servimos en un recipiente decorado de forma original. Como segundo plato podríamos preparar unos calamares rellenos, pero en lugar de rellenarlos con beicon o carne podemos buscar una receta que nos permita hacerlos igual de sabrosos pero un poco más light, como por ejemplo, calamares rellenos de atún. ¡Suena bien, eh!
Si todo va bien, aún quedará un poco de espacio para tomar el postre antes de los turrones, mazapanes con el café. El postre ideal en estas comidas es algo refrescante: un sorbete de mandarina o un marc de cava. Pero en esta ocasión podemos endulzarlo sustituyendo el azúcar blanco por azúcar moreno o stevia que endulzará el postre de la misma manera, y acompañarlo de unas galletitas en forma de estrella hechas por nosotros mismos, siempre resultará un poco más natural. Si tenemos peques en casa, pueden ayudarnos a hacer la comida navideña como si de un juego se tratara, o por lo menos preparar las bandejas de los turrones y los dulces.
Entre nuestro surtido de productos navideños destacamos los que ya son también aptos para celíacos como son las figuritas de mazapán y los turrones. Así todos podremos saborear los turrones con la gama clásica de sabores de siempre: de Yema, de Jijona Suprema, de Alicante, de Fruta y de Nata con Nueces.
Alternar un menú ligero basado en versiones de platos tradicionales y con un aspecto divertido, hará que nuestros invitados estén atentos y expectantes al siguiente plato que está por llegar y hará, de esta, una Navidad para recordar.
