Ejercicio a los 40: celebra muchos cumpleaños
En general, hoy en día llegamos a la cuarentena, en un más que óptimo estado de forma físico. Lejos queda la percepción de que los cuarenta era la entrada a una década de imparable decadencia física. La buena alimentación, el ejercicio físico más o menos constante a lo largo de la vida y los cosméticos y medicina estética han contribuido decisivamente a ello.
Lo que sí es cierto es que a partir de esa edad debemos tener en cuenta algunos consejos para que nuestro cuerpo no se resienta del impacto de determinados ejercicios. Pese a encontrarnos en forma, es importante tener en cuenta las limitaciones de nuestro cuerpo y más aún de nuestro ‘bagaje’ deportivo anterior.
Empezar de repente un día, sin asesoramiento de un experto o de alguien que evalúe nuestro estado de salud, las conveniencias de qué tipo de ejercicio y de su intensidad, puede resultar peligroso.
Según los expertos es importante tener en cuenta los ejercicios de alto impacto y elevada intensidad, los cambios de posición y velocidad bruscos, adaptar la intensidad a nuestras condiciones físicas, espaciar el descanso entre sesiones de entrenamiento y entre repeticiones o series.Son especialmente aconsejables ejercicios como la gimnasia hipopresiva cuya finalidad es reeducar el tejido abdominal y trabajar el suelo pélvico; y también actividades que trabajen el equilibrio, la resistencia, la movilidad articular y la fuerza muscular. Es fundamental para ello mantener una buena hidratación, bebiendo mucho agua tanto antes como después del ejercicio.
Son frecuentes las creencias erróneas sobre inevitable pérdida de fuerza y masa muscular a partir de los cuarenta, pero se ha comprobado que el deterioro físico se asocia principalmente a la inactividad y al sedentarismo de manera mucho más contundente que al proceso de envejecimiento en sí. De manera que el ejercicio físico puede paliar en gran medida estos dos aspectos, aumentando también la densidad ósea (previniendo y retrasando así el proceso de osteoporosis), reduce el riesgo de padecer diabetes tipo 2, previene los problemas degenerativos de huesos y articulaciones. Además se ha visto que el deporte aumenta el metabolismo basal, la mejora del equilibrio hormonal y en general aumenta la calidad de vida.
Son aconsejables también ejercicios de tipo correctivo para aliviar problemas derivados de malas posturas. Trabajar la fuerza, la elasticidad y la tonificación muscular, realizando sesiones específicas de flexibilidad y estiramientos. Es aconsejable realizar algún tipo de ejercicio cardiovascular que aumentan la resistencia y previenen las enfermedades de corazón y arterias.
En general pues, es aconsejable un ejercicio moderado, con cierta frecuencia y que se adapte a nuestra condición física y a nuestro estado de forma del momento, pudiendo ir aumentando en intensidad a medida que ganemos en preparación. Deberíamos combinar ejercicios que trabajaran los diferentes aspectos comentados para prevenir problemas músculo-degenerativos, cardiovasculares, posturales y de fuerza y tonificación. Recuerda, el cuerpo funciona por la máxima ‘úsalo o lo perderás’.
