Diccionario de cocina IX: Real Food
El boom del concepto real food ha puesto sobre la mesa una conversación tanto polémica como necesaria. ¿Comemos bien? En opinión de algunos dietistas-nutricionistas como Carlos Ríos, el impulsor de esta tendencia en España, no. Te contamos las claves del movimiento realfooding.
Real food o comida real
Por un lado, una de las críticas que plantea el realfooding es la excesiva importancia que se le ha dado a contar calorías, grasas y nutrientes. Pretende poner énfasis sobre el alimento en sí y en su calidad, no tanto sobre la parte cuantitativa.
Además, el movimiento realfooding lleva por bandera el consumo de lo que denominan “comida real”, pero ¿a qué se refieren con esto? ¿Existe comida no real? La respuesta según sus defensores es simple y llanamente sí. Existe una categoría, los ultraprocesados, que deberían ocupar un espacio reducido en tu dieta.
Así, el realfooding consiste en reducir en tu dieta los alimentos ultraprocesados y ser conscientes de los ingredientes para seguir una alimentación basada en alimentos reales, de los que compraba tu madre en el mercado.
¿Cómo comer real? Las normas básicas
Antes de nada, es importante destacar que el realfooding no debe entenderse como una dieta y que su objetivo no es perder peso, ni mucho menos. Se trata de un estilo de vida que lo que pretende es mejorar nuestra salud y bienestar recuperando la comida real.
Dicho esto, hay tres pilares básicos que todo realfooder debería seguir:
- La base de la alimentación deben ser alimentos mínimamente procesados, priorizando los de origen vegetal, especialmente los frescos como frutas, verduras, hortalizas. En esta categoría también entran el pescado fresco, carne o huevos.
- Para complementar esta base, utiliza buenos procesados. Éstos suelen estar envasados y llevan una etiqueta donde no se superan los 5 ingredientes, entre los cuales no debe haber cantidades significativas de azúcar añadido, harina refinada o aceite vegetal refinado (girasol, sésamo, etc.). Aquí entran los alimentos en conserva, leche, yogures, aceite de oliva o frutas y verduras congeladas.
- Evitar los ultraprocesados. Aquí caen las patatas chips, la bollería industrial, refrescos y alcohol. Lo ideal es reducir su uso a algo ocasional, priorizando las categorías anteriores.
A quién seguir
Cambiar de hábitos de alimentación es más fácil cuando tienes inspiración externa, especialmente para recetas y alimentos de los que dudas de si entran en la categoría de “real” o no.
- @carlosriosq: cuenta personal de Carlos Ríos, el nutricionista que ha levantado todo este jolgorio en torno al realfooding. En su canal comparte recetas, menús, cambios de productos ultraprocesados a realfooding, ¡incluso memes! Genial para educarse sobre el tema.
- @realfooding: esta es la cuenta oficial del movimiento liderado por Carlos, donde encontrarás muchísimas ideas de recetas propuestas por los diferentes seguidores realfooders, además de algún que otro menú.
- @condislife_: nuestra cuenta oficial de Instagram, donde también encontrarás recetas saludables y una línea de video-recetas dedicadas al real food. ¡Te esperamos por allí!
- @gu_nutricion: cuenta de Gabriela, dietista-nutricionista también interesada por el real food que comparte su plan de comidas semanal y cómo dedicándole un día a cocinar, el resto de la semana es más fácil comer sano.
- @thefitbowl: en la cuenta de Celia aprenderás recetas a base de verduras y frutas, tratando de hacerlos apetecibles a los ojos de los más pequeños.
Ahora ya tienes las bases de una alimentación real y, por tanto, más saludable. ¡No dudes en compartir con nosotros tus recetas a través de nuestras redes!