¿Es más sano comer con semillas? ¿Cuáles y por qué?
Pipas, chía, lino, amapola, sésamo… las vemos por todas partes y parece que están de moda. ¿Es verdad que son tan sanas? Os ayudamos a conocer sus propiedades y cómo utilizarlas al cocinar.
Chía
La chía parece haberse situado en el centro de atención de todos los nutricionistas, y no sin razón. Esta semilla, utilizada ya en la civilización azteca, tiene todo tipo de propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Además de no contener gluten, resulta una fuente excelente de fibra, proteínas, ácidos grasos omega 3 y antioxidantes, aportándonos energía a la vez que nos protege de enfermedades como la diabetes o coronarias. Al mismo tiempo, su contenido en minerales, como el calcio o el magnesio, nos ayuda a mantener unos huesos fuertes.
La mejor manera de aprovechar todos los nutrientes de la chía, como en todas las semillas de esta lista, es consumirla cruda, remojada o molida. Esta semilla tiene un componente gelificante, por lo que al añadirla a líquidos como agua o zumos obtendremos una gelatina llena de vitaminas y minerales. Añádela a tus smoothies o a tus ensaladas, ¡te encantará!
Calabaza
Las pipas de calabaza son las únicas semillas alcalino-formativas, es decir, que equilibran los niveles de acidez del organismo. Los nutrientes principales que podemos encontrar en las pipas de calabaza son las vitaminas del grupo B, como la tiamina, la rivoflavina, la niacina, el ácido pantoténico o la vitamina B6, todas ellas beneficiosas para el metabolismo celular y el correcto funcionamiento de nuestro organismo. Además, estas semillas son ricas en antioxidantes y triptófano, un aminoácido esencial que fomenta el buen humor y combate la depresión.
Las pipas de calabaza se pueden consumir directamente crudas o secas, como comerías cualquier otro fruto seco. También puedes incluirlas en tus platos, añadiéndolas a las ensaladas o a tus salsas.
Sésamo
Las semillas de sésamo han sido utilizadas desde la antigüedad en Oriente Medio y la India, de donde son originarias. El sésamo es fuente de muchos minerales necesarios para nuestro cuerpo, como el magnesio, el zinc, el calcio, el hierro o el fósforo, además de aportarnos también una buena dosis de vitamina B1. Otro de sus componentes es la fibra que, como bien es sabido, es muy beneficiosa para el aparato digestivo y ayuda a perder peso. Uno de los datos más interesantes del sésamo es su contenido en dos componentes únicos de esta planta, la sesamina y la sesamolina, que ayudan a bajar los niveles de colesterol en la sangre.
¿Cómo beneficiarnos al máximo las propiedades de esta semilla? Como siempre, la mejor opción es incluirla cruda en nuestros platos, que a la vez tendrán no sólo un añadido de nutrientes sino más sabor. En la cocina oriental el sésamo es un indispensable, así que hazte con unas buenas recetas y ¡a disfrutar!
Lino
Por último, pero no por ello menos importante, encontramos el lino. Se trata de una semilla originaria de Asia Central y de Egipto, donde se utilizaba su aceite para diferentes usos. Recientemente, se ha descubierto que las semillas de esta planta poseen propiedades beneficiosas para nuestro organismo. Las semillas de lino son una gran fuente de ácidos grasos omega 3 y enzimas digestivas. De hecho, su fibra dietética inhibe el apetito, por lo que resulta muy útil si estamos a dieta y su contenido en vitamina E le aporta propiedades antioxidantes. Otra de sus propiedades es la de reducir el colesterol en sangre, por lo que su consumo será beneficioso si tenemos problemas arteriales.
Puedes consumir esta semilla haciendo té con ella, o bien incluyéndola en ensaladas y platos varios. ¡Incluso puedes añadirlas a la masa de pasteles o ponerlas en tus smoothies!
Estas son algunas de las semillas más habituales que puedes encontrar fácilmente y que casi sin darte ni cuenta cuidarán de tu salud. Pero hay muchas más… ¿Te apuntas a la pasión por las semillas? Por una vez, ¡una moda sana, sabrosa y saludable!
