Consige tus buenos propósitos con la ayuda de tu inteligencia emocional y con técnicas de coaching
Consigue que tu lista de deseos se haga realidad
Con la llegada del año nuevo, somos muchos los que preparamos listas de buenos propósitos que pronto caen en el olvido. Desarrollar nuestra inteligencia emocional puede ayudarnos a que este año por fin, se cumplan nuestros objetivos. También podemos usar alguna de las herramientas que el coaching pone a nuestra disposición para que lograrlo nos sea más fácil.
En los años noventa, el psicólogo Daniel Goleman planteó el concepto de inteligencia emocional como complemento de la inteligencia racional, indicando que para un óptimo desarrollo personal, no basta con el raciocinio, sino que es necesaria una correcta gestión de las emociones.
El coaching, por su parte, es una de las disciplinas de crecimiento personal y profesional más en boga los últimos años. Su objetivo es conseguir un cambio a corto plazo, para lo que propone tomar conciencia de quiénes somos, determinar nuestros objetivos, actuar en consecuencia y finalmente, medir los resultados.
Pero, ¿cómo pueden estas disciplinas ayudarnos con nuestra lista de buenos propósitos?
Lo mejor sería hacer una lista con no más de doce deseos o buenos propósitos y asignarle a cada uno de ellos un mes del año para conseguirlo. Así, cada último día del mes podremos valorar si hemos cumplido con el propósito asignado. Es evidente que no podemos hacerlo todo a la vez, que las cosas necesitan su tiempo.
El coaching nos sugiere que nuestros valores no deberían ser contradictorios respecto de nuestros buenos propósitos. Podemos probar a escribir unas páginas sobre nuestras creencias y nuestra visión del mundo o podemos hablar de ello con una persona amiga, antes de hacer la lista.
Un objetivo ambicioso se compone de muchos pequeños pasos, por lo que es fundamental plantearse cuál sería el primero e ir a por él sin demora.
Los objetivos deben ser compatibles. ¿Nos resultará fácil dejar de fumar y adelgazar a la vez? ¿Es compatible intentar ganar más dinero con tener más tiempo para nuestros hijos?
Los propósitos deben depender de nosotros, somos nosotros los que debemos realizarlos. Para ello quizás deberemos cambiar el punto de vista, quizás en lugar de querer que otra persona deje de comportarse de cierto modo, deberíamos proponernos que lo que esa persona hace deje de afectarnos.
Es interesante colgar la lista donde podamos verla cada día: en el armario ropero, en el baño, al lado del espejo… y con un bolígrafo iremos tachando cada objetivo conseguido.
Y lo más importante: confiar en nuestra intuición. Como dice Annie Marquier: “El corazón también tiene su cerebro” y quien se deja guiar por él obtiene mejores resultados.
Siguiendo estos pasos y casi sin darnos cuenta, nuestra lista de buenos deseos esta vez sí que se convertirá en un conjunto de objetivos alcanzados antes de llegar a fin de año.