La segunda vida del cristal: reutilización y reciclado
Mucho se ha escrito y hablado sobre la necesidad de reciclar y sin embargo, aún sigue siendo una asignatura pendiente. En muchos casos, está demostrado que necesitamos sentir cerca las consecuencias de nuestras acciones para reaccionar y cambiar nuestra forma de actuar. A pesar de que nos digan que el vidrio tiene muchas vidas y que lo único que tenemos que hacer es depositarlo en un contenedor de reciclaje para que renazca de nuevo otro de la misma calidad, parece que nos cuesta hacerlo. También hemos oído muchas veces fórmulas como éstas:
- 3 botellas de vidrio reciclado = 1 día entero funcionando una lavadora
- 4 botellas de vidrio reciclado = 1 día entero funcionando una nevera
Pero como seguimos pagando la misma factura de luz, no llegamos a concienciarnos realmente del ahorro real de energía que supone un pequeño gesto. Tenemos en cada esquina, cerca de casa y desde 1982, los “iglús verdes” para reciclar las botellas, pero aun así nos cuesta autodisciplinarnos para hacer una distribución selectiva de nuestros residuos domésticos. Después de 30 años, aún no hemos incorporado el discurso ecológico a nuestros actos; y es que en realidad, la mentalidad ecológica, que debe ser la mentalidad de los hombres y mujeres del siglo XXI, no es la de un autómata que sólo elige el color del contenedor al tirar la basura, sino la de un ser humano consciente y responsable que decide cómo y qué recursos consume.
Por ello, quizás deberíamos recuperar algunos hábitos como el de “reutilizar”. Porque igual que el dicho popular dice “No es más limpio el que más limpia sino el que menos ensucia”, podríamos decir “no es más verde el que recicla sino el que menos residuos genera”. Nos gusta la idea de adquirir un estilo de vida sostenible, o lo que el profesor Carlos Taibo llamaría “una sencillez y austeridad voluntarias”.
Y dentro de ese estilo, teniendo en cuenta que antes adaptamos nuestros hábitos de consumo que de reciclaje, nos ha parecido buena idea pensar en lo cercano, lo tangible y contribuir con otro enfoque a la concienciación sobre la importancia de reutilizar. Reutilizar no solo está de moda sino que te puede hacer ir a la moda. Algunos artistas ecológicos reciclan el cristal y lo convierten en joyas. Desde los vidrios de colores cortados a pedacitos para que reflejen más el brillo y la luz encapsulados en estructuras de capullo y que hacen las veces de caras piedras de Lamula, hasta las exclusivas piezas que la famosa joyería parisina Gontié Paris presentó en su primera colección de joyas ecológicas en 2010, cuyo vidrio formó parte alguna vez de una botella de Coca-Cola.
Si con estas creaciones en bisutería aún no has encontrado un motivo para reciclar el vidrio quizás es porque eres de l@s que les gusta hacer las cosas por si mism@ en lugar de comprarlo; entonces, puedes lanzarte a hacer tus propias creaciones, o probar con otra idea con la que reciclarás en casa tus propias botella: ¿quieres hacer tus propios jarrones para decorar en casa? En este vídeo te descubrimos los trucos para hacerlo.
