Fin de semana de cambio de armario
Con el cambio de estación llega el fastidioso cambio de armario. Para algunos es un ritual habitual que se repite cada año en otoño y en primavera. Para otros, es simplemente uno de los temas de conversación que más les sorprende cuando lo comentan sus amigos. Nosotros somos más de los primeros, porque el cambio de armario es una forma de renovar, de empezar una nueva etapa del año y también, un buen momento para hacer espacio en los armarios.
El cambio de vestuario puede afectar a nuestro estado de ánimo. Sacamos jerseys gordos, abrigos y botas que normalmente son de colores oscuros pero el frío no necesariamente tiene que hacernos grises. La actitud es importante para que el cambio sea en positivo.
Tanto si forma parte de tus rituales anuales como si no, te recomendamos ser práctic@ y emplear una buena dosis de sentido común. Será fácil si empiezas por hacer la selección de ropa y complementos de la temporada que termina que deseas conservar para el año siguiente, de manera que puedas ponerte a lavarla, plancharla y guardarla junto con los complementos.
Con el resto de ropa y complementos, haz 4 grupos:
1.- Prendas que utilizas habitualmente y que seguirás usando con regularidad
2.- Prendas que no deseas conservar por el motivo que sea (no te van bien, te has cansado de ellas, piensas que no te favorecen).
3.- Prendas que desearías conservar pero dudas de si hacerlo porque no te las has puesto en las últimas temporadas, pero que por su calidad te sabe mal desechar.
4.- Ropa atemporal y fondo de armario: trajes de corte clásico, pantalones negros, tejanos etc. Este último grupo debería ser algo inamovible, por lo que sería deseable que tuviesen un lugar fijo en el armario.
Es el momento de trasladar la ropa de temporada del año pasado a los estantes de más a mano, para revisarla y corroborar que sigues queriendo conservar las prendas que guardaste el año anterior.
¿Y qué hacer con la ropa que descartas?
Especialmente en los tiempos que corren, acudir a organizaciones solidarias o incluso tiendas de ropa de segunda mano que recogen ropa, zapatos y accesorios que estén en buen estado, es una buena opción. Además de organizar tu armario y no acumular prendas que no usas, puedes estar ayudando a gente que lo necesite.
Otra opción es organizar una merienda entre amigas, que a su vez pueden invitar a otras amigas o conocidas. Cada una llevaría una bolsa de prendas que considere que ya no quiere pero que están perfectamente conservadas e incluso son tendencia. Tal vez lo que tú ya no quieres puede valerle a una de tus amigas o conocidas e intercambiaros prendas.
Y cuando acabes con la selección y el descarte, llega el momento de anotar las prendas que te falten, o complementos para lograr renovar -con poco esfuerzo- tus looks de temporada, esto te ayudará a ir a comprar enfocada en lo que deseas o necesitas y para planificarte con las ofertas!!
Así que ya ves, eso del estrés que provoca cambiar de armario puede convertirse en todo lo contrario, si le pones algo de imaginación para organizarte.
