Mascotas y ancianos: la unión perfecta
Son múltiples las ventajas que una mascota reportará al hecho de tenerla con nosotros: ternura, cariño, amistad, compañía…Su sola presencia transformará nuestro hogar en un lugar más acogedor, vital y alegre.
La presencia de un animal (gato, perro, pájaro, tortuga…) será especialmente reconfortante en la senectud, un periodo de la vida en el que probablemente se tengan más espacios de soledad y en el que podamos sentirnos más aislados. En esos momentos el hecho de contar con un ‘amigo incondicional’ que nos transmita su afecto y compañía se convierte en todo un bálsamo y ejerce funciones realmente terapéuticas en el estado anímico de la persona mayor.
Pero a parte del componente afectivo que aporta una mascota a nuestras vidas, nos obligará a mantenernos atentos a sus cuidados alimentarios, de higiene etc. y a mantenernos ocupados, de manera que nos permita sentirnos útiles a la vez que acompañados y queridos.
Múltiples investigaciones como las realizadas por la Fundación Affinity confirman los beneficios que aporta una mascota a sectores de la población como son los ancianos, gente con discapacitaciones o presos. La misma fundación costea desde hace años la adopción de animales de compañía para personas jubiladas que viven solas y a quienes una mascota les puede aportar un plus de salud social/afectiva. A cambio el receptor debe responsabilizarse y asegurar que es capaz de permanecer al cargo de las necesidades y atenciones que requiere el animal. De manera que anciano y mascota se benefician mutuamente.
Se han observado importantes mejoras en personas mayores a partir del momento en que tienen el apoyo de un animal doméstico. Mejoras en aspectos psicológicos y físicos, mayor vitalidad, movilidad y ocupación, más relaciones y por lo tanto menos aislamiento, menos medicinas y un aumento de la sensación de bienestar. Por ello en algunos geriátricos se realizan terapias con mascotas, bajo la supervisión de médicos y cuidadores.
Los abuelos se responsabilizan por turnos diarios/semanales del cuidado del animal: darle de comer, llevarlo al veterinario, sacarlo a paseo, jugar con él etc. El hecho de poder acariciar al animal, de sentir su necesidad de cuidados y a su vez su cariño son muy beneficiosos para el tratamiento del estado anímico y prevenir estados depresivos en los ancianos.
Así pues, si las mascotas son recomendables a todas las edades, favoreciendo el equilibrio emocional y el desarrollo psico-afectivo de la persona se hacen especialmente recomendables en esa última etapa de la vida. Nada mejor que un buen y leal amigo para envejecer a nuestro lado!¡