Cómo elegir el vino y quedar como un auténtico entendido
Hoy vienen a cenar a casa y has quedado en que te encargarías del vino: ¿en cuanto ves la cantidad de vinos diferentes que hay en el súper te arrepientes de la decisión? ¡No! Eso se acabó: saber elegir el vino adecuado para cada comida es garantizar el éxito de la velada.
Y es que un buen maridaje entre el vino y los ingredientes del menú puede compensar una comida grasa o reforzar los sabores de una comida dulce, por ejemplo. En este post te contamos cómo elegir qué vino es el mejor en cada ocasión, ¡y a triunfar!
Aprende cómo elegir el vino
Lo más importante a la hora de elegir el vino para una comida es tener en cuenta los ingredientes y el sabor. Si es una comida ligera, si tiene muchas proteínas, si hay alguna salsa especial, etc… Hay que conjuntar sabores y texturas, teniendo en cuenta la acidez y los aromas de los ingredientes, para conseguir armonía entre platos y vinos.
Estos son los vinos más adecuados para servir con cada comida:
Con un aperitivo
Los más adecuados son los vinos blancos secos, espumosos brut y los tintos jóvenes.
Con marisco
Los platos de marisco combinan con vinos blancos jóvenes secos, frescos y con cierta acidez. También con finos y manzanillas.
Con pescado
Aquí hay que destacar que la norma general es que no siempre se debe maridar el pescado con un vino blanco. Por ejemplo:
- el salmón, el atún, el bacalao y el bonito combinan bien con vinos tintos jóvenes
- el pescado ahumado, con Chardonnay fermentado en barrica, o con un rosado o tinto jóven
- en cuanto al pulpo, aparte de un Rías Baixas o Ribeiro, un tinto jóven de mencía, si el pulpo es a feira, es una gran opción.
- para la merluza, Albariño, Godellos o Verdejos
- mientras que para el lenguado y el rodaballo, los blancos afrutados y aromáticos como Albariño o Sauvignon Blanc.
Con ensaladas
El vino no casa bien ni con vinagre, ni con salsas picantes, berros, espárragos, alcachofas o huevos. Si la ensalada contiene estos ingredientes, es mejor optar por el agua o por una manzanilla o un fino.
Con arroz y pasta
Depende de la guarnición:
- Si hay verdura o salsa de tomate, mejor un rosado o tinto ligero.
- Para los platos marineros, un blanco ligero aromático y frutal, como un Macabeo o un Sauvignon blanc.
- Si la salsa es cremosa, un blanco joven refrescante y con cuerpo, como el Chardonnay, ayudará a limpiar grasas y engrandecerá el plato.
Con jamón y embutidos
El jamón ibérico con Fino, Manzanilla o tintos de crianza con poco cuerpo, como los Riojas. La mayoría de embutidos van bien con tintos de crianza.
Con aves
También depende de la guarnición:
- Si es sencilla, un tinto ligero, si es más elaborada, mejor un vino más carnoso.
- Con aderezos de limón y hierbas aromáticas, es muy adecuado un Chardonnay joven no fermentado en barrica.
- Para el pato, un blanco con cuerpo y fresco, como un Rueda o un Riesling, que le contrarreste el sabor graso.
- Con la caza de pluma los tintos no muy potentes, como Merlot, Tempranillo o Pinot Noir, son una buena elección.
Con carne
- Con la ternera asada puedes optar desde por vinos blancos potentes hasta tintos jóvenes ligeros, o tintos de crianza con tanino muy pulido.
- El cerdo necesita acidez, por lo que es mejor inclinarse por un Viura riojano o un Riesling.
- Con una elaboración a la parrilla, mejor un vino más ligero con cierta crianza.
- Para el conejo y la liebre, lo más indicado son los tintos mediterráneos.
Con queso
El queso casi merece un capítulo aparte, puesto que en este maridaje influyen muchos factores. Entre otros aspectos, depende de la materia prima, el sistema de elaboración y la maduración del queso.
Además, también influye la variedad con que está elaborado el vino, que a su vez da lugar a diversos tipos de vino, según su elaboración.
Dicho esto, por norma general:
- el queso azul casa con un tinto robusto y con vino de licor como Vendimias tardías, Oportos, Sauternes, Banyuls, etc..
- el queso de cabra, con vino blanco, seco y afrutado.
- los quesos de pasta blanda casan bien desde con un blanco estructurado hasta con un tinto jóven
- los de pasta prensada, con tintos de crianza ligeros
- los de pasta cocida con blancos muy aromáticos y suaves, o con tintos ligeros y poco ácidos.