Planes low cost
Los amigos que se han ido a vivir fuera una temporada suelen explicarnos que en el norte de Europa la gente sale menos a cenar y que acostumbran a encontrarse en las casas para realizar allí todo tipo de actividades. Son diferencias culturales que se atribuyen a veces al clima, pero que tienen también mucho que ver con nuestros hábitos y estilos de vida. Actualmente, estamos más sensibles a los gastos innecesarios y buscamos alternativas que nos permitan ahorrar. Una buena idea puede ser planear una cena periódica con nuestros amigos, cada semana en casa de una pareja diferente.
Las formas de organización de la cena pueden ser variadas: desde el clásico “que cada uno traiga un plato” hasta las sofisticadas veladas temáticas. El tema de la cena puede ser cada semana un país diferente: se trata de descubrir recetas y probar cosas nuevas. Puede ser muy divertido también disfrazarse con lo que tengamos en casa según el país escogido, dejando volar la imaginación y sin miedo al ridículo. Incluso podemos aprovechar para decorar el comedor con motivos que recuerden el país escogido.
Otra opción para preparar la cena es el concurso de tapas, pinchos y montaditos... ¡A ver quién encuentra la solución más sencilla, sabrosa y creativa! Meternos todos juntos en la cocina, aunque sea por turnos, alargará el tiempo que disfrutamos con los amigos. Y verlos con el delantal, entre pucheros, nos hará descubrir facetas de ellos que ignorábamos.
Si tenemos hijos, podemos prepararles la cena primero a ellos y luego dejarles ir a jugar tranquilamente. Ellos agradecen poder levantarse pronto de la mesa y nosotros tendremos entonces todo el tiempo del mundo para hablar de nuestras cosas. También podemos dejarlos al cuidado de los abuelos o de los tíos o planificar que cada semana una pareja del grupo haga de canguro de los más pequeños.
Siguiendo un esquema similar, podemos organizar una fiesta infantil la tarde del sábado, con la condición de hacerlo todo nosotros mismos. Si quedamos pronto después de comer, tendremos tiempo para decorar el salón con guirnaldas y farolillos de papel que elaboraremos con cartón, envases o retales de ropa. Una vez lista la decoración, podemos pasar a la cocina con los niños y preparar la merienda. A ellos les encanta poder ayudar y meter las manos en la masa. Tan solo tenemos que alejar de su alcance los objetos cortantes y ser cuidadosos con los platos que requieran usar la cocina o el horno. Aunque, de todos modos, no es necesario usar el fuego si son muy pequeños pues hay múltiples bocados fríos que les encantan…