TIPOS DE GRASAS ALIMENTARIAS
Cuando nos fijamos en las propiedades nutricionales de los alimentos solemos encontrarnos con un sinfín de términos y palabros que, aunque suenan bien, no sabemos para qué sirven. Te abrimos las puertas al mundo de las grasas, saludables y no tan saludables, que te puedes encontrar. ¡Empezamos!
Ácidos grasos esenciales
Son elementos grasos poliinsaturados incapaces de ser producidos por nuestro propio organismo, de manera que debemos conseguirlos a través de los alimentos. Entre ellos encontramos los omega-3 (pescado y frutos secos) y los omega-6 (aceites). Los ácidos grasos mantienen las membranas celulares y se encargan de la síntesis de las sustancias que regulan funciones vitales como la presión sanguínea, el ciclo menstrual, etc.
Grasas monoinsaturadas
Las grasas monoinsaturadas son ácidos grasos y están presentes en el aceite de oliva. Se encarga de regular las funciones fisiológicas del organismo, como el mantenimiento de la salud del sistema nervioso central. Además, contribuye a reducir los niveles de colesterol total, favoreciendo el equilibrio de los diferentes tipos de colesterol en sangre.
Grasas poliinsaturadas
Forman parte de los ácidos grasos esenciales, ayudando a reducir los niveles de colesterol LDL, más conocido como colesterol malo. Son las más saludables, después de las monoinsaturadas. Aportan energía para los músculos, el corazón y otros órganos, interviniendo también en la formación de la membrana celular. Están presentes en el pescado azul y en algunos vegetales como el maíz, la soja, la calabaza o las nueces.
Grasas saturadas
Este tipo de ácidos grasos es uno de los responsables del aumento de colesterol en sangre y están presentes en productos cárnicos y lácteos. Debido a su estructura química, al contrario que las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, las grasas saturadas pueden encontrase en estado sólido a temperatura ambiente, que puede provocar la formación de depósitos que obstruyan las arterias.
Triglicéridos
Son un tipo de grasas que se producen en el hígado o bien se obtienen a partir de determinados alimentos. Son la forma más eficiente que tiene el organismo de almacenar la energía, de manera que los utiliza como fuente de energía para las necesidades metabólicas de los músculos y el cerebro. Los triglicéridos como tales no son negativos para nuestro organismo, al contrario, pero la cantidad recomendada es moderada. Si nuestro nivel de triglicéridos se dispara, pueden aparecer problemas de salud.
Entre los alimentos que nos aportan estas grasas se encuentra el azúcar, el marisco, fritos, mantequillas, grasas animales, el alcohol, los alimentos procesados, etc. Es decir, todos ellos, de consumo recomendado bajo o moderado.
Ya ves que no todas las grasas son iguales, ni todas son malas ni las hemos de eliminar todas. Como siempre, la clave es una alimentación variada y, especialmente, natural. Prioriza siempre la comida con ingredientes naturales y sigue las recomendaciones de la dieta mediterránea. De esta forma, tu ingesta de grasas será la apropiada.