Compartir piso y no morir en el intento
¿Eres estudiante y buscas piso compartido en la ciudad para después del verano? ¿O estás pensando en alquilar esa habitación que te sobra en casa? Compartir piso sin establecer previamente algunas reglas de convivencia puede ser una pesadilla. Si seguís nuestros consejos podréis gozar de una convivencia de lo más satisfactoria.
Conocerse antes de convivir
Antes de compartir piso, tienes que descubrir si puedes realmente convivir con las personas que viven en la casa en la que estás interesado.
Tras realizar la visita de rigor a tu futura habitación, puedes plantearles a los inquilinos ir a tomar un café o unas cervecitas antes de decidir si vais a emprender el complicado mundo de la convivencia juntos.
Conoceros un poco antes mejorará muchísimo el ambiente del piso.
La limpieza
Poner normas de limpieza del piso es muy importante, siempre y cuando se haga de una forma dinámica y no como una imposición. Podéis hacer en conjunto una pizarra donde marcar qué área de la casa limpia cada uno cada semana.
A no ser que a uno le guste más limpiar el baño y otro lo odie, es importante la variedad, para que nadie acabe aburriéndose. También podéis optar por hacer la limpieza semanal de batalla y quedar un sábado para hacer la limpieza profunda conjunta, con música y diversión.
Relación dentro y fuera de casa
Ser más que desconocidos que conviven mejora la comunicación, además de darte la oportunidad de hacer amigos para toda la vida. ¿Acabáis de llegar a casa y no tenéis planes? ¡Salid a tomar algo por el barrio! Os conoceréis más, además de conocer vuestra zona y hacer vida allí.
Un domingo aburrido puede convertirse en una sesión de cine estupenda, una tarde de juegos de mesa o un largo paseo por la ciudad. ¡Con la ventaja de volver juntos a casa!
La convivencia en un piso compartido puede ser una experiencia muy enriquecedora con comunicación y cariño.
Y tú, ¿has probado la experiencia? ¿Cómo te ha ido?