Abrigos para perros: ¿moda o necesidad?
Empieza a notarse en el ambiente el frío de la temporada y, acurrucados en el sofá de casa, nuestros perros nos miran expectantes: “¿Me va a poner abrigo o podré conservar mi dignidad canina este año?”
La costumbre de abrigar a nuestras mascotas es algo que vemos desde hace varios años y, desde el primer momento, ha tenido tanto fieles seguidores que defienden esta práctica a capa y espada, como críticos escépticos que afirman que se trata de una ridiculez como la copa de un pino. Claro está, las opiniones están divididas. Pero, ¿es realmente tan innecesario?
Para algunos, sí
La respuesta, por muy extraño que os parezca, es que no siempre está de más abrigarlos. Aunque es cierto que su pelaje los protege, no siempre es suficiente. No todos lo necesitan, pero existen diferentes factores que pueden hacer que ponerle un abrigo a tu mascota no sea tan mala idea. La capacidad que tiene tu perro de mantenerse calentito depende de su raza, su tamaño, su edad o de si padece alguna enfermedad.
Si bien ponerle una chaqueta a un husky siberiano resulta bastante absurdo, las razas más pequeñas y las que tienden a tener pelo más bien corto suelen agradecer un poco de cobertura extra. Al mismo tiempo, los animales de más edad o enfermos acostumbran a tener unas defensas más bajas y son más propensos a verse afectados por las bajas temperaturas.
Una de las mejores maneras de comprobar si tu mascota necesita un jersey que lo proteja es ver cómo reacciona en entornos de exterior durante los meses de más frío. Si es reacio a salir de paseo, si tiembla violentamente y sin parar… significa que tiene frío. A nadie se le pasa por la cabeza salir desnudo en pleno diciembre. En algunos casos, lo mismo ocurre con nuestros mejores amigos.
Elije la prenda adecuada
Si resulta que tu mascota necesita un abrigo, deberás elegir el material (ten en cuenta que tendrás que lavarlo con frecuencia y que, según cuál escojas, le puede producir picores) y la talla. Se recomienda que los jerséis, chaquetas y abrigos queden ajustados, pero que no les aprieten… ¡Se trata de mantenerlos calentitos, no de ahogarlos!
Piensa que también puedes, si se dejan, añadir zapatos (aunque puede que caminen como pingüinos) o algún gorrito para proteger su cabeza.
A partir de ahí, puedes ponerte creativo: vestíos a conjunto, disfrázalo por Halloween, ponle un jersey navideño o pídele a tu tía abuela Puri que utilice su talento en la costura para que le teja un jersey a tu mascota que sea digno de las Fashion Weeks perrunas.
Siempre he pensado que es ridículo vestir un perro, y lo sigo pensando, pero si decido que realmente mi perrita lo necesita porque es una chihuahuita y pasa frio, me lo pensare, lo de menos, casi es el ridículo.
Pues la verdad es que lo importante es el bienestar de nuestros peludos… el resto siempre es secundario, ¿no te parece? También hay formas y formas de vestirlos… Como si fueran bebés, puede tener ese toque ridículo… con prendas pensadas especialmente para animales, pues lo que prima es el confort…