El oro y la plata hacen más espectaculares tus recetas navideñas
Si se te habían acabado las ideas para deslumbrar a tus invitados con la presentación de tus platos en las próximas fiestas navideñas, te animamos a que incorpores el oro y la plata a los mismos. Sí, el oro y la plata también se comen.
A pesar de que los grandes chefs de la cocina española han incorporado estos metales preciosos en la decoración de sus creaciones, el uso del oro y la plata en la cocina no es una nueva tendencia culinaria, sino que su utilización se remonta a las diferentes culturas de la Edad Antigua donde su consumo tenía un gran valor simbólico.
La utilización de estos dos metales en la cocina tiene una función puramente ornamental, ya que no supone una alteración del sabor del alimento al que se aplica y simplemente se funden en el paladar.
La Unión Europea permite su aplicación como aditivo alimenticio, al igual que otros metales que nunca se nos ocurriría llevárnos a la boca, como el titanio y el aluminio.
Oro puro
Decorar con virutas de oro puro de 22 quilates un postre, recubrir un canapé con finas láminas doradas o platear con un espray los ya de por sí caros langostinos dará un toque sibarita a tus cenas navideñas, por no hablar de la espectacular sensación que provocará espolvorear con oro el cava con el que brindarás tras comerte las uvas el 31 de diciembre.
No hay límites a la imaginación a la hora de decidir a qué platos puedes darles un toque brillante con estos aditivos, que las tiendas de gourmets acostumbran a presentar en diferentes formatos: en polvo, láminas, virutas, copos, elegantes dosificadores o esprays. Con estos últimos puedes llegar a convertir un anodino tomate en una reluciente bola plateada o dorada.
Si quieres ver cómo se hace el oro comestible, aquí tienes un vídeo que te lo explica.
Así que estas navidades, además de poner como cada año la cubertería de plata de la abuela, atrévete a decorar tus platos y postres con dos de los metales más preciados para deslumbrar a tus invitados.