Aire acondicionado para estar frescos, no para derrochar y pasar frío
Ya hemos entrado de lleno en el verano y el uso generalizado de los aparatos de aire acondicionado se extiende en hogares, oficinas, comercios… No es raro que éstos se usen de manera incorrecta, ofreciendo una sensación que, más allá de un fresco agradable, raya con el frío. A nadie pasa por alto lo absurdo de verse obligado a usar chaquetas o ropa con mangas en pleno verano, para protegerse de un uso exagerado del aire acondicionado. Según las recomendaciones de los expertos, la temperatura ideal a conseguir está alrededor de los 25ºC y la diferencia con la temperatura exterior no debe superar los 5º C menos. De lo contrario, estamos realizando un gasto inútil de energía, de dinero y podemos incluso llegar a dañar nuestra salud.
España es un país con un alto consumo de aire acondicionado. Un estudio de 2009 de la Comisión Europea calculaba ya entonces que “más de un tercio de los aparatos de aire acondicionado instalados en Europa están en España”. De hecho, según la Asociación General de Consumidores (ASGECO Confederación), “el 49% de los hogares españoles dispone de algún tipo de sistema de aire acondicionado, tecnología que puede suponer más del 11% del consumo de electricidad de España”.
Consejos de uso eficiente
Así, se impone un uso responsable de estos aparatos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), ofrece estos consejos para ayudarte a mantener la temperatura adecuada y gastar menos, lo cual beneficiará no solo a tu bolsillo, sino también al medio ambiente:
- Ajusta la temperatura entre 24 y 26ºC. Otra medida adecuada es programar el aparato 5ºC por debajo de la temperatura exterior, lo cual es suficiente para conseguir una agradable sensación de frescor, sin pasar frío. Hay que saber que es muy negativo que haya una diferencia térmica con el exterior superior a 12ºC.
- Aísla adecuadamente. Asegúrate de que las puertas y ventanas de la habitación refrigerada están cerradas mientras el aparato está funcionando.
- Evita el uso cuando no haya nadie en casa. Usa las opciones de programación para que se encienda cuando llegues y se apague cuando te vayas. Por las noches, mejor apágalo o utiliza el modo sleep o noche que incluyen muchos aparatos, y que los apaga automáticamente a las 6 horas de funcionamiento.
- No orientes el flujo del aire directamente hacia las personas: es desagradable y perjudicial para la salud.
- No obstruir la unidad exterior, y evitar tapar las entradas y salidas de aire, para que no trabajen más de la cuenta.
- Presta atención al funcionamiento del aparato, a su consumo eléctrico, etc. Las alteraciones de presión, fugas o defectos pueden afectar a la eficacia del aparato. En caso de duda, llama enseguida a un profesional.
- Haz una limpieza regular. Limpia los filtros al menos una vez al año para eliminar polvo, polen, fibras, etc… Te ayudará a prevenir alergias y facilitará que el aparato funcione adecuadamente.
Cómo elegir tu aparato de aire acondicionado
Si estás pensando en comprar uno, ASGECO Confederación informa de que “los aparatos de aire acondicionado deben llevar obligatoriamente una etiqueta de clasificación energética”. Recuerda que los aparatos etiquetados con la clase A son más caros, pero consumen casi un 50% menos. La clasificación va del color verde y la letra A+++ (los que menos consumen) hasta el color rojo y la letra D (los menos eficientes y que más consumo suponen).
ASGECO aconseja “elegir los aparatos que ofrecen funciones como la discriminación horaria, el encendido y el apagado a una hora determinada y los sensores de presencia”, entre otras que permiten garantizar la eficiencia del equipo.
Cuida de tu salud y evita consecuencias negativas
El Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid (CPFCM) advierte de que “el uso abusivo del aire acondicionado en contacto directo con la espalda o con la cara puede resultar peligroso mientras se trabaja o se conduce, pero especialmente mientras se duerme”.
Según el Colegio, “es importante que la piel y la musculatura no reciban el chorro directo del aire frío, dado que nuestro cuerpo reacciona provocando una brusca contracción muscular que puede causar desde tortícolis a parálisis faciales en los casos más graves”.
Otras consecuencias negativas para la salud del uso indiscriminado del aire acondicionado es la aparición de tos, catarros, faringitis, rinitis, asma, dolores de cabeza o neumonía. Si está orientado a la espalda, puede dar lugar a lumbalgias, dolores cervicales y musculares de diversa gravedad.
Pasa un verano fresquito y agradable, pero no abuses del aire acondicionado. No le conviene ni a tu salud ni a tu economía. Ni tampoco al planeta, que ya está bastante saturado por el exceso de consumo generalizado. Seamos responsables, en beneficio de todos.
La doble combustion es un recurso técnico empleado en estufas y chimeneas de lena para elevar la eficiencia
y contaminar menos.
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