La llegada de un perro o un gato a la familia

Tener o no tener mascota, sea un perro, un gato, un periquito, un hurón,… es algo que prácticamente todas las personas nos hemos planteado en algún momento de nuestras vidas. Sea porque siempre nos han gustado, porque nos hemos sentido solos, porque l@s niñ@s de la casa lo piden, o muchos otros motivos, los animales, al igual que las plantas, han formado siempre parte de la composición familiar y del hogar. Eso es porque la mayoría de los humanos nacemos con un instinto positivo de interés hacia la naturaleza. Después, con el paso de los años, la educación recibida y las experiencias personales, pueden alejarnos o acercarnos aún más a esa inicial sensación. Pero más allá de un interés natural por los animales, nuestra capacidad racional debe responder de forma responsable a la pregunta de si incorporar un animal de compañía a la familia o no. Porque la respuesta no se responde con un “sí, quiero tener una mascota”, sino con un “voy a incluir a mi mascota en mi vida”.

Una vez hecha esta primera reflexión, si definitivamente la respuesta es sí, empieza una bonita aventura que recomendamos que empiece en una protectora o una asociación animalista, donde miles de perros y gatos están esperando un hogar. La adopción tiene muchas ventajas: suele ser más económica que la compra y es una experiencia emocional que no olvidarás nunca.

Si estás pensado adoptar, un perro o un gato, seguro que encontrarás una protectora local cerca de donde estás. Allí te ayudarán a elegir el gato o perro que mejor encaje con tus necesidades, además de entregártelos revisados por un veterinario, vacunados y en la mayoría de los casos esterilizados.

Es importante que tu nuevo amigo esté bien identificado, aparte de tener su cartilla veterinaria al día de vacunas. Todos los perros, porque salen a la calle a pasear, y si tu gato también va a salir de casa, deberán llevar su identificación. Un collar con placa y sus datos y los tuyos de contacto está bien, pero mejor aún si les pones un microchip: es un transmisor que se coloca bajo su piel y que lleva todos los datos que se necesiten para reconocerlo y avisar en caso de pérdida.

Cuando llegues a casa con tu perro o tu gato, es recomendable que ya hayas preparado su llegada.

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Si has optado por un gato, asegúrate de que la casa es segura para él y que tienes todos los accesorios que necesita para vivir contigo:

-          La mayoría de los gatos son curiosos y les gustan las alturas y las plantas. Prepárale algunos lugares donde pueda subirse para “otear” bien el entorno y se sienta cómodo, como una columna o una estantería. Si no sabes dónde ponerlo, él mismo encontrará el sitio. Vigila que no pueda caerse por una ventana. También retira plantas que para él resultan tóxicas si las mastica: ten especial atención en navidad con la ponsetia y el muérdago.

-          Escoge unos cuencos para su comida y el agua. El cuenco debe ser resistente, ancho y no muy hondo para que pueda comer sin que sus bigotes toquen a los lados. A algunos gatos no les gusta el olor a plástico, por lo que es mejor que sean de cerámica.

-          Ten lista su comida y su agua: pienso seco, unas latas y unos snacks saludables,… y el agua siempre fresca. Encontrarás muchas variedades de sabores y marcas. Al principio tendrás que ir probando hasta que descubras cuál es el menú que le gusta a tu gato. Será una experiencia en la que puedes aprovechar a jugar con él mientras descubres sus sabores preferidos y eso estrechará vuestra relación.

-          Prepara su camita. Que sea confortable, blanda y con forma de hueco para que pueda apoyar su espalda y su cabeza contra ella cuando duerme. A los gatos les encanta el sol y buscan el calor: allí donde entre el sol por la ventana o cerca de la calefacción son los lugares ideales. Los gatos duermen muchas horas, especialmente durante el día. Ve preparándote a que esté más activo por las noches, lo que al principio puede resultarte algo incómodo. No pretendas cambiarlo, es su naturaleza, y es parte de lo que debes estar dispuesto a asumir.

-          Prepara su cajón de tierra. Los gatos son limpios por naturaleza. Ellos aprenden de su mami dónde hacer sus necesidades y a las tres semanas de vida ya han elegido su sitio al que volverán siempre. Cuando llegue tu casa, no tendrá ese sitio, por ello tendrás que adiestrarle un poco a usar su cajón. Hay diferentes tipos de lechos; si ves que con el tiempo tienes problemas para que se habitúe a hacer sus cosas en el cajón, quizás debas probar con otro tipo hasta encontrarlo. Mantén siempre su cajón limpio, porque si no, es posible que lo rechace.

-          Y por último ten preparado un rascador y algunos juguetes. A los gatos les encanta jugar. Un poste para afilarse las uñas formará parte de sus entretenimientos. Prémialo cuando lo use y ponlo cerca de sus juguetes: una pluma, una bolita colgando de una cuerda, una pelotita que suena, muñequitos llenos de hierba gatera,… Los juguetes servirán a tu gato para colmar sus impulsos naturales asociados al cazador que llevará siempre dentro.

-          Para evitar problemas en casa, como arañazos en los muebles o marcaje con orina de los rincones, te recomendamos también que tengasfe productos con feromonas, en aerosol o ambientales, que reducen los problemas sociales de los gatos.

 Si has optado por un perro, querrá conocer todos los rincones de su casa y llevárselo todo a la boca. Los perros son glotones por naturaleza y se lo comen todo, incluso la basura, así es que empieza a acondicionar tu casa teniéndolo en cuenta y evitar riesgos: cierra bien los armarios hasta que le adiestres para no abrirlos y quita de su alcance los productos de limpieza que pueden ser venenosos. Guarda botones, hilos, agujas, alfileres y demás objetos punzantes par que no se lastime la boca y los órganos internos. Crea para tu perro un ambiente confortable con sus propias cosas:

-          Tu perro necesitará un lugar calentito y cómodo para dormir, que deberá crecer a medida que él crezca de tamaño. En un cesto grande, un perro pequeño se sentirá inseguro. Si tienes terraza o jardín, una casita para él en el exterior será perfecta. Elije el tamaño para que pueda levantarse, darse la vuelta, y echarse y con una ventilación adecuada.

-          El primer complemento de tu perro serán un bonito collar y una correa. El collar debe ser adecuado a su tamaño y que no le haga daño. Le servirá para identificarle con su placa, con tu dirección y número de teléfono y para salir a pasear seguro con la correa. Para asegurarte de que el collar le queda bien, deberías poder meter dos dedos entre el collar y el cuello del perro. Al principio, es posible que no esté cómodo, pero no desistas: es por su seguridad.

En la calle, de paseo lleva a tu perro siempre con una correa salvo que esté en un lugar cercado. Llévalo a los pipi-can donde podrá socializarse con otros perros además de correr y saltar a sus anchas sin correa. Pero una vez fuera de allí, es obligatorio que vuelvas a ponérsela y si no cumples, corres el riesgo de recibir una multa. Recuerda limpiar en caso que tu perro evacue en un lugar público.

-          Entre los básicos para un perro debes incluir un cepillo o un peine. Para pelos cortos usa un cepillo con cerdas naturales, una rascadera de goma o un mitón; para los pelos largos mejor con un peine con dientes de metal o un peine especial. En ambos casos, ten siempre un peine para pulgas y establece un programa de cuidado semanal.

-          El comedero y bebedero de tu perro debería adaptarse a su tamaño. Así evitarás que la comida o el agua rebosen o que tu perro tenga que hundirse demasiado en ellos para comer o beber. La amplia variedad de sabores, texturas y composiciones nutricionales específicas para razas y etapas de la vida de las comidas para perros, te permitirán ofrecerle lo que le gusta y además le sienta bien. Descubrir sus preferencias te brindará la oportunidad de pasar momentos muy divertidos y entrañables que construirán vuestra relación de amistad.

-          Todos los perros necesitan juguetes para hacer ejercicio y brindarles una forma sana de satisfacer sus ansias de morder. Elige los que cumplen con las normas de seguridad y del tamaño adecuado: como regla general, si el juguete entra en la boca del perro entonces es demasiado pequeño.  No le dejes jugar con tus zapatos u otras prendas personales: le estarás enseñando que no hay problema si lo hace y lo hará con cualquiera y de quien sea. Si se porta bien, obedece y juega como debe hacerlo, recompénsalo con una golosina nutritiva y saludable. Las encontrarás también en el supermercado y verás cómo le encantan.

Tener un perro o un gato, o cualquier otra mascota, no debería responder a un capricho. Antes de decidirnos por incorporar un animalito a nuestras vidas debemos ser responsables y pensar no sólo en el tiempo que nos gustará estar con él, sino en los momentos en que será más difícil estar con él, como en las vacaciones. Empieza el buen tiempo y por desgracia, empezaremos a ver muchos perros y gatos abandonados en las carreteras. Ellos no se lo merecen, y cualquiera que es capaz de abandonarlos, no les merece a ellos.

 

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